DARLENIS JUDITH NARVAEZ URZOLA

Es importante que las universidades no solo mantengan su postura firme en defensa de los logros alcanzados, sino que sigan avanzando hacia la construcción de una sociedad más justa e igualitaria, sin permitir que retrocedan en los derechos conquistados a través de luchas históricas.

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AIDA RIOS BENAVIDEZ

DEBERIAN REFORZAR SUS POLITICAS DE INCLUSION,EQUIDAD Y DIVERSIDAD,PARA QUE ESTOS PRINCIPIOS NO SEAN OBJETO DE NEGOCIACION,TAMBIEN DEBERIAN CONTINUAR CON LOS DIALOGOS Y LA PARTICIPACION DE TODA LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA,FORTALECIENDO ESPACIO DE REFLEXION Y ACCION QUE PERMITAN SEGUIR AVANZANDO SIN COMPROMETER LO CONSEGUIDO

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Yosseline Lorena Gurumendi Murrieta

En UNEMI, creemos que la igualdad de género no es negociable. Es una conquista que debemos proteger con firmeza y valentía. Hoy, más que nunca, nuestra universidad debe ser un faro de equidad, un espacio donde todas las personas se sientan seguras, valoradas y escuchadas. Para lograrlo, debemos fortalecer la educación con enfoque de género, garantizar políticas claras contra la discriminación y abrir más espacios de participación y liderazgo para todas y todos. No daremos un paso atrás. UNEMI seguirá impulsando el cambio, porque la igualdad no es una meta, sino un compromiso permanente.

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Helen Yamilex Castillo Cervantes

La ideología de género va encontrá de mi moral y de mi ética, porque científica y biológicamente el ser humano, fueron creados y constituidos por dos géneros hombre y mujer, y segundo la Biblia el primer libro que establece normas y principios para la humanidad, pero lastimosamente el ser humano busca crear sus propias leyes a su conveniencia, como la última moda del transpecie, que es una locura total.

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Lissette Peralta Arana

La universidad debe ser un espacio que promueva la igualdad de género , la justicia social y los derechos humanos y que prepare a los estudiantes para ser líderes y agentes de cambio en la sociedad.

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Marleni Katerine Zapata Zapata

En el panorama actual, la universidad se topa con retos que ponen en evidencia los progresos alcanzados en la batalla por la equidad. Es vital que la entidad no ceda terreno ni negocie los derechos obtenidos, sino que potencie su función como protectora de la equidad y la justicia social. Para conseguirlo, la universidad necesita establecer políticas de inclusión que garanticen el ingreso y la permanencia de alumnos de grupos históricamente excluidos. Esto conlleva robustecer los programas de becas, tutorías y apoyo académico para asegurar la equidad de oportunidades. Adicionalmente, resulta crucial fortalecer las acciones contra la discriminación y la violencia de género en el campus, fomentando una cultura de respeto y diversidad. En el ámbito académico, la universidad debe continuar integrando visiones de género y diversidad en sus programas de estudio, fomentando el razonamiento crítico y la generación de saber que cuestione las estructuras de poder que excluyen. Simultáneamente, debe proteger la autonomía de la universidad ante presiones externas que intenten contrarrestar los progresos en derechos humanos y equidad. El compromiso con la igualdad también requiere una participación activa en el debate público, denunciando retrocesos normativos y defendiendo políticas que promuevan la justicia social. La vinculación con organizaciones de la sociedad civil y la generación de investigaciones aplicadas pueden contribuir a la transformación de la realidad social más allá de las aulas. En conclusión, la universidad debe reafirmar su rol como espacio de resistencia y transformación social. En esta coyuntura, su deber no es negociar lo obtenido, sino consolidar y ampliar los logros alcanzados, asegurando que la educación siga siendo un motor de cambio hacia una sociedad más equitativa.

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